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sábado, 7 de noviembre de 2015

entonces todo


La emoción es descubrirla
en la almohada de ser yo
mudando barrio por el suyo.

A medias
              bajadas,
apenas
  despierta
-y viceversa-.

Me reclama de pijama
junto a sus miedos ordenados,
operarios de mujer insomne.

« Los valientes tienen recompensa,
los demás lo de siempre.
Escoge.

Entonces todo.»

Y duerme.

Me abofetea
en asombro su desnudez,
cuando la campana de domingo
yergue su espalda frágil
en buenos días.

Me derrama
junto a sus besos densos,
el torrente de pelo eterno.
Enrocado en mi mano como una boa,
lo doma al rato,
enhebrándolo en un moño cruel.

Y ya despierta,

todo reina. 



miércoles, 12 de agosto de 2015

sincericida es mal

Diseccionando la derrota,
mirándome fiero y fijo,
dijo:
¿es que hay otra?

¿Otra?
Docenas, todas,
cada par de labios,
mundos que veo pasar.
Uno no da por encontrado
hasta que cese de buscar.

Y vino, entonces: sal

Sigo sin reparar
en que, programados
para ofendernos,
pecar
 de sincericida


es mal.

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A raíz del comentario publicado por un anónimo:

En primer lugar, mil gracias por tu comentario. Creo que no nos conocemos, si no sabrías lo mucho que me encanta discutir (que no pelear). Así que podría decirse que me has hecho un favor, ya que elaborar esta respuesta me ha hecho más ilusión que escribir el texto al que hace referencia.
Voy a tratar de analizar el texto de una forma general, para ver qué te parecen mis comentarios al respecto y si consideras que cambian (o no) tu percepción sobre el mismo.

Esto es complicado y, de hecho, es la primera vez que voy a hacerlo por escrito y en público, así que entiende y disculpa que no sea tan exhaustivo como la profesora pelma de Lengua de 1º de Bachillerato.
Por comodidad, voy a hablar de estrofas y recursos literarios con una alegría propia de algo que no soy ni pretendo ser (sí, suena imbécil, poeta). He escogido esta fórmula por impacto, por agilidad, por rítmica del texto y por poner en valor la posibilidad de mayor número de interpretaciones con menos palabras, todo lo demás es intuición.

Por el mismo motivo, voy a hablar como si fueras una mujer y como si el texto se refiriera a dicho sexo, por supuesto es traspasable al masculino.

Comencemos.

[...]



El título y el mensaje del texto son engañosos a conciencia, como luego explicaré. El mensaje del texto para mí es: tú no eres “ella”.

Espero que hayas tenido la fortuna de ser “ella” alguna vez para alguien. Si es así podrás comprender mejor mi planteamiento de que –personalmente- el amor es un ejercicio inconsciente de sedentarismo, de crear hogar, entendido como contraposición a uno de nomadismo, de buscar como forma de vida.

Como ves, dicho paralelismo coloca un sentimiento (el amor) no sólo como eje principal del texto, sino que lo equipara al cambio decisorio que configura la historia de la humanidad tal y como lo conocemos: el hombre primitivo deja de errar y caminar a razón de las estaciones, decide parar para crear un hogar para sus días…

Es en este contexto general en el que…

La primera estrofa es deliberadamente ambigua –como lo será todo el texto a fin de dar cabida a las interpretaciones, et voila, a la discusión - pero de ella se desprende:
1)            que algo se ha peleado y no se ha logrado (“la derrota”),
2)            que por tanto alguien está dolido (“fiero y fijo”) y
3)            que se lanzan cuestiones más o menos desafiantes a fin de obtener explicaciones (“diseccionando”). 

La estrofa la cierro con un lenguaje más ambiguo si cabe (la ambigüedad del "hay", la ambigüedad del "otra").

¿Qué es “haber”? ¿Qué significa “otra”? De esta forma, ya en la segunda estrofa, enlazo con una progresión que termina en hipérbole (“docenas, cientos, todas”) e introduzco dos conceptos claros:

1)cada mujer y por ende cada par de labios, es un mundo diferente. Un mundo al que a priori no dispongo acceso, un mundo a descubrir y del que asombrarse. Un mundo que sin duda dejo pasar, de la misma manera que todas las decisiones que tomamos, crean mundos paralelos y alternativos. Los mundos del "Y si hubiera..,?". Podrás ver que esta es una valorización total de la complejidad y unicidad del ser humano, puesto que un mundo se debe descubrir, en un mundo se debe invertir esfuerzo, tiempo y trabajo, a un mundo hay que adaptarse o morir, un mundo se debe cuidar con esmero, en un mundo hay que crear y construir, etc. Esta analogía del trinomio personas-amor-mundos puedes encontrarla de una forma más elaborada en el texto “niño de Troya en ti”.

B) no se encuentra si no se ha dejado de buscar. Todas sois otras, tú incluida (la del texto) por el simple hecho de no ser “ella”, por no ser esa tierra que ha conseguido que finalmente cese de buscar. Y despersonalizo el texto (“Uno no da por encontrado”) para hacer hincapié en que esto es algo que no está en mis manos decidir. Recuerdo una frase de James Joyce en Ulises que dice algo como (cito de memoria) "El hombre no sabe porque ama, sencillamente se transforma". Esa es la idea. No hablamos de una búsqueda deliberada o un carrusel de faldas, no hablamos de labios superficiales como creo quieres apuntar. El hombre no sabe porque busca, sencillamente para cuando encuentra, cuando la encuentra a “ella”.

La segunda estrofa es, por tanto el gancho y nudo del texto: no eres ella. Lo que aquí se trata no es una infidelidad, es precisamente un ejercicio de sinceridad y transparencia. Y, si me apuras, un concepto tan de estar por casa como: no eliges de quién te enamoras.

La siguiente estrofa (o verso mejor dicho) sigue jugando con la idea de movimiento del texto completo ("vino", "sal"). Y por su parquedad y tono nos lleva a imaginar a alguien tremendamente ofendido. Pero…¿ofendido por haber entendido que no es el elegido o por haber querido interpretar precisamente lo que tú (Anónimo) has entendido?

De ahí el cierre, siguiendo mi opinión de que, dado el grado de egocentrismo y de la aparente (aparente por lo superficial, pero esto lo discutimos otro día) consciencia de la individualidad que tiene el humano actual, de la alta estima en la que se tiene, parecemos venir “programados” para ofendemos en estos casos.

No sé tú, pero yo quiero ser el jodido Neo, yo quiero que me elijan como su mundo todos los días de su vida. Por eso cuando no sucede, apunto a que el primer gatillo mental del común de los mortales es ofendido (luego ya vendrán otras etapas en el proceso de asimilación de la situación).

Este texto es, en origen, un test a esa susceptibilidad que tenemos todos implantada. Una verdad (y remarco, ha de ser sincero) como “no eres ella” nunca debería ser vista como una ofensa o como una excusa (“no soy ella porque no quieres cerrarte a otras”), a lo sumo una verdad más o menos dolorosa que todos tendremos que aceptar con deportividad.

Me resulta curioso, que habiéndome seguido por un tiempo, esta sea la primera vez que hayas comentado (asumo) para añadir tu crítica. Precisamente en un texto que está pensado para generar esa gama de interpretaciones y despertar esos gatillos en el lector. Como siempre, yo escribo y cada uno lee su texto. Desde luego te agradezco que lo hayas hecho, y que lo hayas hecho en este en especial, para así poder discutirlo.


Espero sinceramente que vuelvas (y con más comentarios) y que tú, y todos los demás que lo hayan leído, hayan sido alguna vez él o ella. Yo lo he sido algunas veces y otras no, y al principio me he ofendido. No se puede ser el mesías en todos los mundos. 

martes, 30 de septiembre de 2014

you’re a whole different person when you’re scared


En el amor los que se despiertan prudentes se acuestan cobardes.
Sacrifican el indicio del presente por el fantasma del futuro.

No.

Se apuesta (se pierde por adelantado). Con suerte y buena mano,
quizá se sienta a cambio. O nada.

Ni el triunfo ni la reciprocidad pueden planearse de antemano.

Eres una persona totalmente distinta, ¿lo sabías?
Mientras callas para que no te mida y no te encuentre,
cada “hum, hum” abre el Mediterráneo un palmo más.

Y donde dijiste digo, dices miedo.

And you loved her in a Turkish town
But you didn't want to bring her here
                                              You didn't want her hanging around
                                                        In the kingdom of fear

                                                        So you left her there...




jueves, 18 de septiembre de 2014

since the ducks left

Cada una de sus visitas a mi casa del río comenzaba con el mismo ritual a lo Dorian Gray. Llegaba, lanzaba su bolsa de viaje sobre el sofá y encendía el equipo de música. 360 Degrees of Billy Paul (1972), track número 4. Entonces se quitaba el vestido y andaba frente al antiguo espejo de pie.

La mayoría no sacamos partido al espejo, le damos el trato rudimentario del rupestre al charco. Sin embargo, en todas las suertes se dan artistas y ella lo era. La brecha entre el currante y el artista, huelga decirlo, es el duende.

Desplazaba sus braguitas arriba y abajo, las metía entre las nalgas y coqueteaba con ellas. Las subía lentamente para luego sacarlas con sus dos dedos índices apuntándose el uno al otro, las hacía pivotar en los huesos que le sobresalían de la cadera, con ligeros contoneos a un lado y a otro.

La habían fabricado sexy, así que con total seguridad los dos salientes que sobresalían de sus caderas encajaban en los dos pedacitos que le faltaban en los hoyuelos de Venus. Arremolinaba su pelo castaño en un moño y lo soltaba en una sacudida, manejaba ese ramillete de tirabuzones de una forma deliciosa.

¿Qué puedo decir? Se encantaba. Lo sabía y se encantaba. Era un acto de pura vanidad, de ahí lo de Dorian. Todo el mundo sabe que los hombres tenemos ojos y las mujeres oídos, así que aquello era fantástico. Un disfrute que no se podía explicar es ahora complicado de describir.

A ratos lanzaba miradas tan imponentes y fijas desde el espejo que desarmaban la propia, impidiendo sostenerla, obligando a que buscara –nervioso- algún otro destino a mis ojos y mis manos.

“Deja de mirarme así, guarro”. Un no que es un sí y que sabe a gloria.

Sólo después de que la canción hubiera terminado salía a la terraza a mirar los patos que habitaban a temporadas en la orilla.

-¿Lo de siempre, señorita?

-Lo de siempre, caballero.

[...]

jueves, 5 de junio de 2014

un porqué siempre encuentra un cómo

Si tan sólo la talla de nuestras voluntades
coincidiera con la de nuestros propósitos,
tendríamos nuestras ambiciones
y los sueños que desprenden
agarrados por las pelotas.


Un deseo que no persevera es una tontería, como la mordedura de un perro en una piedra.


martes, 6 de mayo de 2014

to prioritize


El tiempo se gasta más levemente que el dinero y no entiende de fundas de colchones.
Por eso me cuido de tener tiempo para el tiempo y dejar el "ya tendré tiempo" para el dinero.
Que no os convenzan de que lo natural es lo contrario.

Lo natural es soñar con estar podrido de tiempo.


domingo, 27 de abril de 2014

sherpas y Luckies

El repiqueteo desordenado de las patas de las gaviotas contra el techo lo despertó. Al parecer, cenar acostado en el capó tan cerca de la costa, tenía el inconveniente de madrugarle a uno en los prolegómenos de la película de Hitchcock. La luz le molestaba en los ojos, que trataban de calibrarse a la luminosidad del amanecer joven, aun  plomizo y crudo.

Entretanto tuvo la extravagante sensación de que acontecía entre él,  aquellos pájaros y el ritual carroñero de fondo, algo parecido a lo que a menudo entre algunos padres y sus hijos pubescentes. Trabajar rutinariamente el pan hasta la casa, descansar apenas las piernas y las espaldas e inaugurar otro nuevo día, a la mesa, con pequeñas bocas digiriendo las pagas de trabajo y también los sueños rutilantes que decidieron amanecer con su llegada. Picos coronados por ojos desagradecidos, que devuelven la mirada, pero no alcanzan a demostrar un vínculo verdadero. O podían ser solamente pájaros comiendo los desperdicios de la noche anterior.

No encontraba la llave inglesa que usaba como manivela para la ventanilla. Hacía años que la manilla original había desaparecido. Como solía decir su abuela -a quien perteneció aquel Buick del 82 antes que a él- “el elevalunas eléctrico fue un lujo en otra época. Jesús no aprueba los lujos, por eso no dejé que aquel vendedor me lo colocara en el coche”.
[...]

jueves, 30 de enero de 2014

carmen


Primero en Turín, más tarde en Sevilla y Pamplona, siempre mentiste. Mientras descorrías las cortinas de habitaciones de hotel, mientras masajeabas tus pies al final de un paseo sobre los adoquines tercos de los cascos antiguos, mientras emitías exclamaciones como “¡Vaya!” o “¿Viste eso, querido?” durante los espectáculos a que acudíamos. Pero aún a voz en cuello, el desconsuelo de la mentira era secreto, porque más que mentir-que también- permitías que errara en la interpretación de la verdad de nuestro amor, convirtiéndome en un policía bobalicón que no atrapaba cojo ni mentiroso.

Durante los momentos de verdadera desesperación que sucedían a cualquiera de tus taimados y reincidentes desprecios, vociferaba adentro de mí aquello que dicen de que “una mujer que roba a un hombre su amor, cuando su amor es lo único que le queda, no es una mujer buena”. Un pensamiento bravo y coherente, algo tan sencillo de desoír. Porque por tibio que fuera tu gesto de reconciliación, siempre parecía mayor recompensa que la imagen de un hombre sin Carmen mala, con su amor y nada más.

Eran las dos y media del tercer día de la fiesta y tú cosías concienzudamente sentada en un sillón de terciopelo granate. El vestido crema colocado sobre tu regazo se desparramaba sobre el acolchado capitoné. Me resultaban apabullantes las transformación textiles -casi invariablemente de trunque- a las que sometías las prendas que caían en tus manos. No tanto por tu agujereo irresponsable de mis bolsillos como por lo rápido que aquellas desaparecían. El desfile de nuevos conjuntos era constante porque a pesar del tiempo dedicado, de la idea colmatada, parecías no desarrollar apego alguno por esas ropas. Sabe Dios que rezaba por no verme reducido a prenda tuya, a otro de tus desapegos.
[...]

sábado, 14 de diciembre de 2013

cal y arena


Si falta mano
con la cal y la arena,
el gusto de pender de un hilo
es más a zancadilla
que a bumerán.


domingo, 3 de noviembre de 2013

noviembre

De vuelta a casa
envuelto en frío,
descansan enfundados
sobre la cama
los abrigos.

"Villanos descabezados,
cabrones malcosidos,
¿con qué cara miro yo a noviembre?"