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miércoles, 20 de junio de 2012

patio de recreo


-Vivimos en una sociedad civilizada, en la que los principios se articulan…

- Disculpe que le interrumpa, pero no he podido evitar escucharle, ya que sus palabras revoloteaban dentro de mi espacio aéreo. ¿Civilizados decía? Tiene usted cara de agente inmobiliario o de banquero. No, no, ¡de publicista! Usted tiene cara de publicista. Sí, sí, usted es de los que maneja los hilos. ¿Me equivoco? Corríjame si me equivoco. ¿Me hará usted ese favor?

 - Mire por donde lo ha adivinado. Trabajo como publicista. ¿Tiene usted algún problema? ¿Nos conocemos?

- ¡Lo sabía! Ahora que lo menciona sí tengo un problema y esperaba que usted pudiera resolverlo. Me temo que es un problema de concepto o de idea o de mensaje o de definición. Es que no manejo la terminología. ¿Me disculpará si cometo algún error en la terminología? ¿Me hará usted ese favor?

- ¿Un problema tiene usted?Por supuesto jefe, todos los tenemos, pero está interrumpiendo una conversación muy interesante, así que haremos lo siguiente: diga lo que tenga que decir rapidito, resolvemos su problema y se vuelve a concentrar en su mesa. ¿De acuerdo? 

- Gracias. Gracias.Intentaré ser lo más conciso en ese caso. Es usted un encanto, un publicista cojonudo. Mire, mi problema es el siguiente. Cuando no obtengo lo que deseo sufro. Más aún, cuando obtengo lo que deseo nunca es suficiente y sigo sufriendo porque algún día lo perderé o querré cambiarlo. Sufro y continúo. Me temo que es nuestra tónica habitual porque estamos siempre amordazados por toda esta falsa libertad que nos han construido, como un patio de recreo para distraernos mientras perdemos la vida a cada momento. Respiro tan inconscientemente absorto en la banalidad del día a día que olvido el conjunto. Me recuerda a una galleta china, ¿sabe? “El álbol me impide vel el bosque”. Yo me pregunto a veces al despertar, ¿dónde está mi bosque? ¿Quién huevos se ha llevado mi jodido bosque? ¿Lo han talado? ¿Me han talado la vida?

Pese a todo, repetimos los mismos rituales y convencionalismos sociales hasta desgastar nuestra fe en los demás. Bombardeados constantemente, nos vemos convertidos en animales alienados, enjaulados en la idea de lo que se espera de nosotros, para causar una buena impresión, que las ancianitas no cambien de acera al vernos y las mamás de nuestros allegados hablen bien de nosotros y todo eso...

Como le decía, deshojamos los días, precisamente, a la espera de que algo ocurra. Algo que haga que nuestras vidas sean dignas de recordar. Creemos que somos felices, pero aun cuando nos divertimos vivimos al filo de aburrirnos de nuevo. Ustedes nos han convencido. Nos resulta tan aburrido este mundo que inventamos vicios para autodestruirnos y luchamos por derechos que mañana se volverán en nuestra contra. Malgastamos el tiempo que el mundo moderno nos ahorra y no lo invertimos en nada. Son tantas y tantas cosas que...

Y todos estamos en el ajo, ¡qué duda cabe! Yo mismo. Yo mismo soy un malnacido que colabora en este patio pero, ¿usted? Usted es el jadeo de una jauría de hienas enceladas. Brrr. ¿Cómo de cachondo le pone a usted este patio de recreo, eh? Todos esos árboles y bosques…fiiuuuuuu, ¡pom! ¡Al suelo! Pero no ocurre nada, por que ¿qué podría yo hacer ocurrir? 

Ahora volveré a tomar asiento y de aquí a un rato habré reposado los on the rocks y usted el sofoco de este numerito mientras convence a su acompañante de "principios que se articulan". Y entonces? Ffffff Aaaaah! Entonces pagaremos la cuenta y volveremos en nuestras latas de caballos a nuestros pequeños compartimentos, y dormiremos plácidamente. Es más, en nuestros sueños tendremos una caja de arena, unos columpios y una motito de esas que, sitas en el suelo, se pueden balancear. ¡Qué gozada! Adoraba esas motos que se balanceaban.

Sí. Estoy seguro de que en un rato se me habrá pasado y dejaré de sufrir hasta mañana, pero hágame el favor, no vuelva a repetir eso de civilizados. Diga obedientes, educados, edulcorados, marchitos, semados, deshuevados, castrados, eunucos. Lo que usted desee, pero le ruego encarecidamente que no vuelva usted a pronunciar la palabra civilizados. En cuestiones de terminología soy muy quisquilloso. ¿Me hará usted ese favor? ¿Podrá usted hacer eso por mí?



"El hombre nace libre, pero en todas partes vive encadenado." J-J.R.