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sábado, 31 de diciembre de 2011

jaulas de carne

Una noche la palabra se metió en mi cama o yo me metí en la suya. Ahora no lo recuerdo bien.
El caso es que mantenemos desde dicho encuentro una relación un tanto delicada: nos hacemos de rabiar, reímos y lo pasamos bien durante el día pero, en cambio, tenemos que medirnos al oscurecer porque acabamos haciéndonos daño.

Desde aquel momento he escrito miles de líneas. La inmensa mayoría no vale absolutamente nada y por ello acaban tachadas sin piedad o condenadas al olvido. Algunas pocas en cambio, masticadas, digeridas y cagadas por vuestras conciencias, adquieren un plus, y terminan valiendo algo más que la común de las líneas. ¿Cuánto más? No lo sabré nunca.

Sólo deseo que al menos una de ellas haya conseguido desprenderse del papel para llenaros algún vacío, retratar alguna experiencia, motivar algún sueño, desinfectar alguna herida o purgar de rencor alguna otra. Es una ambición enorme la que me lleva a desear el tesoro de haceros sentir lo más mínimo, la ambición de no conformarme con vivir dentro de la jaula de carne que me ha tocado sino también, aunque sea a ratos, y en pequeñas dosis, dentro de las vuestras.

Mucha salud y fuerza para todos en 2012.

martes, 20 de diciembre de 2011

abrazos lunares

Tengo una fórmula punzante que ahueca las penas y las hace tan ligeras como un queso gruyere. Con esa misma se consigue achicar la realidad hasta convertirla en un guisante incómodo que apartar del plato sin miramientos. Puede transformar, sin alto horno, dos metales envejecidos en una aleación refinada, acomodada de tal forma que no se sepa dónde empieza el uno y acaba el otro.

Se trata de abrazos lunares, de contratar un ascensor invisible que viaja a velocidad endemoniada hasta la luna para quedarse allí, en el desierto lunar, tan solo un par de segundos. El tiempo suficiente para tejer una burbuja impenetrable a la des-humanidad y apoderarse del satélite. Dos astronautas, vestidos de calle, fundidos en un abrazo sinérgico que grita: “La luna es nuestra y aquí nada nos puede tocar, nada nos puede tocar.

Lo mejor de esta fórmula es que, al desencajarse el puzle, abandona momentáneamente los huesos a una suerte de porosidad hibernal, cómo si el astronauta de enfrente hubiera escondido un “tupper” con la energía de tus tuétanos. Premiándote a ti, de la misma manera, con una ración análoga de energía que devorar, para enriquecer y reciclar tus huesos.

No creáis que es tarea fácil ésta de ser alquimistas de energía, conocer la fórmula no es suficiente. Hacen falta química, tablas y ternura para conquistar la luna con un abrazo, para alimentarse de esta forma. Quizá también la pareja adecuada para hacerlo. Yo tengo mi astronauta preferida desde hace muchos años.



PD. Leí en una ocasión que en aras de que un abrazo sea químicamente pleno debe representar un contacto de, al menos 10 segundos, el tiempo mínimo a fin de que el cerebro de los participantes segregue las sustancias necesarias. No sé a qué esperáis para repartir abrazos lunares a todo aquel que os importe la mitad que vosotros mismos, panda de mamones. Felices fiestas.

martes, 13 de diciembre de 2011

congelando tu despertar

Él despertó primero. Las rendijas de la persiana filtraban ribetes de luz que jugueteaban por la habitación, veteando las siluetas a su paso. Ella solo sabía dormir en absoluta oscuridad, pero a su lado era capaz de hacerlo de cualquier manera, convirtiéndolo en su guardián de sueños. 

Nunca se lo contó pero, en muchas ocasiones mientras aún dormía, él la observaba fijamente. A trasluz y en silencio, desde una ventana de asombro, como un neonato que descubre maravillado sus manos por primera vez. Sonriendo y maldiciendo a partes iguales porque sin acordarse bien de cómo, cada suspiro de esa boca era el motor de sus días.

Después de un rato, encaminaba sus pasos a la cocina para preparar el desayuno, vigilando de reojo, con un miedo burbujeante a darle la espalda completamente, por si algo fuera a borrar su menuda figura de la cama.
Al acabar, solía dejarlo sobre el escritorio y regresaba a su lado para saborear la imagen, mejor que mil caviares, de verla transpirar ese tranquilo perfume de sueño. Su pelo, convertido en un torrente de negrura, empapaba ahora la almohada que tantas veces murió de sed y sus pies nerviosos daban fin a todas las empresas fracasadas entre esas mismas sábanas.

Y ahí se quedaba él, levitando, hasta el instante en que ella decidía volver del mundo de Morfeo. Un instante infinito y mudo que retrataba en penumbra, para congelarlo en lo más profundo de su retina. Mientras, ella, desperezándose con dulzura cotidiana, se incorporaba y le susurraba la misma pregunta de siempre…

“¿Por qué me miras de esa forma?”

…a lo que él, arreglándole el pelo detrás de la oreja, respondía con idéntico susurro.

“¿Y tú por qué despiertas tan pronto?”

martes, 6 de diciembre de 2011

niño de Troya en ti

Mis intenciones son castas y puras para tu madre, las más deshonestas y sucias que puedas imaginar para ti. Va a ser complicado mostrarte que detrás de todo este aparejo de apariencias -conscientes o espontáneas- queda algo oscuro y desvalido que arropar con tus besos o con tus manos o con tus mañanas.

El verdadero plan es que llegue un día, en que sin saber cómo, tu guardia personal descubra un niño correteando desnudo entre tus tierras. Que grita y ríe, y llora desconsolado también, mientras se adentra cada vez más hondo en ti hasta que lo pierden de vista.

Porque coincidirás conmigo, amor, en que lo complicado no es distinguir figuras amenazantes en la lejanía, sino alcanzar a descubrir cuando ese niño impávido ha atravesado tu piel de roca labrada sin permiso. Ver como desordena los puestos de tu mercado, insulta y escupe a tu clero y su jerarquía y alborota todos tus callejones dormidos para acabar sitiándote con el abono fértil que tanto temes.
 
Y está tan sucio y asustado que no tiene virtud, pero ama cada grano de la tierra que pisa en ti maravillado. Y termina, rendidos el día y el sol, en esa misma tierra, mendigando que tú le arropes con tus caricias o con tus piernas o con tus noches. O que no lo hagas, pero siempre guarnecido por tus murallas. Para así amanecer acurrucado con el sol temprano de un nuevo día para alborotar, mofarse y poner en jaque tu ciudad. 
Nacido solo para desordenarte y removerte, para romper tus puertas prohibidas y hacer jirones tus cortinas avergonzadas. Para hacerte feliz desde dentro.

¿Entiendes ya que solo desee despertar cada mañana sabiendo que mi niño de Troya hará el mal en ti? ¿Entiendes ya que mis intenciones sean las más bajas y pecaminosas? 
¿Que quiera invadirte y rasgarte de arriba abajo?  

Te quiero sucia y asustada, invadida y sin virtud. Prométemelo, si no nada tendrás a mi lado.

martes, 29 de noviembre de 2011

planes

El ánimo de las aspas del molino.
Subo y bajo. Subo y bajo.
Sólo me queda tu nombre, mi hambre.
La chimenea que exhala lo que siempre queda de ti.
Y así te encuentro y te pierdo con cada sol.
Y ya no sé qué hacer para alcanzar ese equilibrio de no negarme y no exponerme.
Por eso hago planes y los rompo. Y siempre los rompo.

lunes, 21 de noviembre de 2011

un puente viejito

Érase una vez un puente suspendido entre dos soledades y tejido con esperanzas “rara avis”. Un puente transitado largo atrás, viejito ahora, de madera enmohecida y cuerdas maltratadas. El  pobre más que viejito, estaba añado, como cansado y como murmurando un ulular de tiempo.

Otros se inauguraron con grandes cintas cortadas por grandes tijeras, y poco a poco todos olvidaron el puente escondido, que vivía de ese suspiro callado en dos almohadas insistentes. Circulaban historias aunque nadie recordaba a ciencia cierta quién lo puso allí. Pero siempre estuvo. Tiritando con cada brisa malintencionada del viento. Sostenido de manera curiosa e inexplicable.

Un día señalado, una de esas cosas que tiene el azar, las dos soledades lo redescubrieron amarrado apenas por intenciones difíciles y bonitas:

-¿Cómo piensas cruzar el puente? Es pasado, es lento, es cansado, es inseguro.
- Aguantó con un hilito de vida las arremetidas del tiempo y nunca cedieron sus cuerdas invisibles. Así deberían ser todos los puentes. Trabajaré en él. Lo cruzaré despacio, a pasos pequeños y lo convertiré en futuro, en fluido, en vivo, en seguro.
- ¿Y si antes de conseguirlo cede bajo tus pies? Sabes que tú caerías con él y nunca llegarías a mi lado.
- Cabe la posibilidad, sí, pero lo que hay a tu lado bien puede merecer la pena. Tú quédate allí esperando si quieres, que yo voy a intentarlo.

domingo, 13 de noviembre de 2011

el 13 de mi suerte


Naci bajo la protección de los idus de noviembre cuando la luz del año se apaga lentamente y las clepsidras arrebatan al sol el manejo del tiempo. Mes de tránsito, a caballo entre las rocas esculpidas por el mar y la arena mojada y los picos helados y oscuros. Sumergido dentro de la estación arrepentida, en la que el techo de hojas, quejumbroso por hábito, va quedando huérfano. Un día 13, el de mi suerte.

Desconozco las conjuras que los astros planearon para la fecha, tampoco me interesan. El caso es que vine al mundo -a este- uno que no altera su orden por el hecho de que tú nazcas pero que te premia con el peligroso poder de hacer cuanto desees con tu pedazo de él.

No sé a vosotros pero la vida a mí sí me regaló cosas. La suerte de venir a  un mundo confortable, la suerte de tener la barriga siempre llena, la suerte de poder estudiar, la suerte del apoyo de una familia, la suerte de haber sido libre para expresarme… Tantas y tantas suertes que solo puedo dar las gracias con la boca grande y el pecho henchido.

Me abrí camino desde la infancia de la manera más natural y espontánea que encontré, con la inquietud y la curiosidad de un niño de energía explosiva, un niño que desde siempre quiso conocer muchas cosas y nunca se conformó con nada, un niño visceral dominado por una rebeldía y una fuerza vital furiosa. Así crecí, como un tornado lleno de rabiosa entrega a todo lo que consideré mi objetivo y de indulgente pereza y ceño fruncido ante lo que consideré una pérdida de tiempo. Pero siempre con mi criterio y personalidad, siempre conmigo por bandera.

Pasé malas épocas, como todo el mundo, épocas que me arrastraron a un hermetismo cruel y desolador y lastraron mis ganas y mis sonrisas zancadilleándome una y otra vez. Derramé en ellas gran parte de las lágrimas más amargas que recuerdo haber parido, de las que queman las mejillas. El niño se había perdido y ni si quiera fui consciente de ello. Suerte, otra de las grandes de mi vida, fue tener a una persona a mi lado que me devolvió al mundo y calmó mi corazón siempre, a la que rendí mi mejor frase: tu amor es el orgullo más grande. Una persona que ya no está pero sin la cual, como muchas otras, no concibo quien soy o como he llegado hasta aquí, mucho menos un resumen de mi vida sin su mención. Aprendí tantas cosas grandes y pequeñas a su lado y sentí tantas cosas grandes y pequeñas en su compañía que por más que rebusque en mi interior no existe un rincón donde no haya huella suya. Tal vez es por esto, que por más que rebusque en mi interior, no encuentro absolutamente nada que no sea el agradecimiento más vivo y más sincero.

Lloré a veces, sí, pero no sabéis cuantas reí hasta perder el control. Todo proporcionado por una larga lista de personas que no caben en ningún lugar más que en mi memoria: amigos, conocidos y desconocidos, todos ellos parte este mundo tan pequeño y tan extraño que dispone de cientos de idiomas para hablar y solo uno para reír. Me gustó tanto esa idea de un idioma único que siempre reservé tiempo al día para intentar arrancar sonrisas a los demás. A veces lo conseguí e hice sentir bien a la gente por unos instantes, otras no lo conseguí y bueno, tampoco pasa nada. 

Me regalé a todo aquel que pasó por mi vida y quiso tener parte de mi e incluso a muchos que no lo quisieron también. Me regalé porque no conozco otra manera de vivir ni de amar ni lo que es más importante, de crecer. Me regalé también en cientos de líneas, líneas de todo tipo y dedicadas a muchas personas. Esto lo hice y lo seguiré haciendo porque mis palabras son lo único que tengo y lo único que soy, el único vínculo que considero verdadero con el mundo que me rodea y el único equipaje imprescindible para mi felicidad. Solo soy mis palabras y ellas son mi elección. Y seguiré regalándome siempre en cuerpo, palabra, tiempo y alma a quién yo considere oportuno porque por cada pedazo que regalo me siento más vivo, más grande y más sabio.

Cambié. Hubo un momento, no sé cual, o si lo sé y no quiero decirlo, en el que lo vi, lo vi todo delante de mis ojos. Me prometí a mi mismo no olvidarlo nunca, ni un mísero día, y así lo grabé a fuego en mi piel para que no se me olvidara “buscarlo” cada mañana al despertar. Fue mi catarsis, la metamorfosis más bella de mi mundo, volví a ser un tornado y un diablo, volví a ser ese niño que había perdido.

Así, desde entonces, procuro estar siempre enamorado de todo. Enamorado de mi música, de mis libros, de mi cine, de mis mujeres –ay las mujeres-, de mis amigos, de mi familia. Enamorado de mi vida y de mi mundo, de mis recuerdos y de mis planes, enamorado de todo eso que elaboráis tantos y tantas cada día, enamorado hasta del último segundo de vosotros. Haciendo mi lucha, orgulloso de quien soy, con el respeto máximo a mí mismo y a los demás y valiente, siempre valiente y enamorado.

Y vivo con el corazón tan cargado de ilusiones y pasiones que entiendo y persigo a cada paso la persona que quiero ser mañana cuando despierte, y vivo conociéndome y dándome respuesta, sabiendo que en un corazón tan pequeño como el mío no caben rencores ni odios, es cuestión de espacio.

Es cierto que a veces me pierdo o me canso, pero entonces me desconecto y paro a respirar para cuando me vea con fuerzas, lanzarme al abordaje de una nueva conquista. Porque como los grandes escritores clásicos rusos, un dia sin pensar en la muerte es un día malgastado y esto amigos no es pesimismo ni oscuridad, es la obligatoriedad del optimismo, la obligatoriedad de mi pasión y mi ilusión.

A todos vosotros que quiero, admiro y aprecio deciros que sigáis aguantándome como lo habéis hecho hasta ahora porque en el fondo soy un auténtico capullo lleno de cosas buenas. Os quiero y mucho aunque lo esconda o no lo diga o lo haga solo desde la distancia y seguridad que me dan mis palabras. Todos y cada uno sabéis que derramaría hasta la última gota de lo que hay en mí por vosotros y por vuestra felicidad, que a pesar de los roces o desencuentros nada en este mundo me detendría para defenderos y protegeros, que soy lo que soy, con miles de defectos y limitaciones pero lo soy por y para vosotros.

A todos vosotros a los que hice daño, malogré o no tuve en cuenta, lo siento, no puedo deciros otra cosa.

Para acabar mis días me gusta guardar unos minutos de silencio, que es el hábitat en que me encuentro más libre y más creativo, y me siento muy satisfecho, porque recapitulando tengo la fortuna de presumir de un superávit de cosas, no buenas sino extraordinarias, inmenso y la fortuna también de haber llorado algunas de las lagrimas más felices que recuerdo haber parido, escribiendo estas líneas.

Ignacio Paniagua Rico a 13 de noviembre de 2011

jueves, 3 de noviembre de 2011

les miserables

Todos guardamos en la memoria y por qué no decirlo, también en otros lugares, acciones de las que no estamos orgullosos, cada uno tiene las suyas, por eso no cabe enumerarlas y mucho menos entrar a valorarlas.

En ocasiones, esporádicamente, en una franja que dura décimas de segundo, nos sentimos inmensamente optimistas e incluso en comunión invisible con el mundo y los demás. Por un instante nos bombardean ideas de valentía y redención. “Vamos a por ello, pidamos perdón! Somos buena gente!”

A mí me suele ocurrir sin avisar y generalmente en estado ebrio: mientras espero a que internet se cargue en la maquinita del demonio o cuando espero a que el ascensor baje del jodido décimo o incluso cuando me dispongo a erosionar las pastillitas olorosas en un servicio público. Salgo de mi cuerpo, me veo pletórico, con la fuerza de un fariseo converso que busca el perdón, un perdón que llega tarde y mal, como casi todos.

Pocos fotogramas después se difumina ese oasis apagando esa confianza y es entonces cuando aparece esa voz. “Has creído que eres bueno? Vuelve a mirar, pero ahora más de cerca”

Entonces te sientes como si una muchedumbre silenciosa tomara el baño de tu pensamiento y corriera la cortina de la ducha para quedarse observándote, muy quieta, con un dedo acusador apuntando tu desnudez. Pero resulta que la muchedumbre no eres más que tú fotocopiado muchas veces y que esa es la vergüenza más grande, descubrirte a ti mismo, desnudo bajo agua de culpa.

Y se me ocurre que el perdón es complicado de gestionar porque el arrepentimiento humano y sus formas quedan reprimidos, habitando lo más hondo de nuestra mente, allí donde somos mas vulnerables y tan difíciles de encontrar. Pero también que tal vez somos tan descaradamente cobardes que no nos importa descubrir -de cuando en cuando- que somos algo miserables y vivir con ello antes que enfrentarnos a una verdad que nos escruta y nos señala.

Puede que para definir miserable debiera entonces sacar una foto de grupo con todos los mamones que habitamos este recóndito planeta cargado de humo y autoengaño. Yo soy uno más de ellos, perdón por aparecer tan tarde, pero es que sólo lo recuerdo esporádicamente y suele ser borracho.

domingo, 23 de octubre de 2011

dos erizos

Dos espejos sin fondo, brillantes como luceros blancos,
se observan frente a frente sobre el agua más clara.

Alimentando las pieles a base frío,
dejándolo calar bien hondo en sus músculos tensados.

Prometiéndose la misma estrella que mañana no sabrán encontrar,
la misma que siempre buscan. 

Sus gargantas con la palabra cada vez más corta,
derramándose entre trémulos suspiros de ceniza.

Encontrándose y perdiéndose a cada segundo,
ensuciándose los corazones. 
Dos rosas con espinas, dos erizos de Schopenhauer.

lunes, 10 de octubre de 2011

a lo mejor

A lo mejor aún sigo en esa orilla con los dedos enredados entre tu pelo, ese pelo desparramado a borbotones oscuros que resbalan por tus hombros.

A lo mejor esa tibia luz que ilumina tu perfil es el regalo de esta noche, de esta brisa nueva que convierte las barreras mentirosas en cauces naturales.

A lo mejor cuando el silencio fluye tan liviano y se transforma en besos de pausa dulce, enlentecida por el ansia, es porque se debe callar, callar y callar.

A lo mejor pensar en mañana se antoja demasiado ambicioso pero si hoy sonreímos sin quererlo y nuestros ojos brillan con hambre es porque, a lo peor, el hoy es suficiente.

viernes, 7 de octubre de 2011

.CD.

¿Te dijeron "más vale tarde que nunca" y lo creiste?
Pobre diablo...ahora vale la eternidad.

viernes, 30 de septiembre de 2011

una noticia macabra

Ayer noche el noticiario abría su telón con una macabra noticia, macabra por la circunstancia especial de la víctima y macabra por la aleatoriedad en su elección.

La sucesión de hechos fue al parecer la siguiente:
Este pasado jueves por la tarde un hombre de mediana edad con una larga lista de antecedentes penales entraba en una iglesia madrileña y tiroteaba a dos mujeres. A la primera, una mujer de 36 años embarazada de 9 meses –salía de cuentas este sábado- la mataba de un disparo, a la segunda otra mujer –esta de 52 años- la dejaba gravemente herida con dos balazos. No guardaba relación alguna con ninguna de las víctimas. Acto seguido el individuo se dirigía al altar y se pegaba un disparo en la boca para poner fin a su vida.

Podría aventurarme de manera fútil, ya que muchos y más grandes lo intentaron antes que yo, a dar respuesta a cómo pueden suceder cosas como esta en una sociedad (¿falsamente?) civilizada y probablemente lo hubiera hecho de no ser porque para mayor consternación – que a nadie se le olvide que la tragedia es la misma- el marido de la mujer asesinada es compañero de trabajo de mi hermano mayor y cito sus palabras “No uno de los miles de empleados de la compañía, un compañero de la mesa de al lado.”
Es por ello que las vísceras me obligan a correr por otros derroteros, los derroteros del corazón, del significado del hoy y de los seres queridos.

Es desbordante para el ser humano este tipo de sucesos, humildemente creo que más allá del inmenso dolor de la propia pérdida por la inmediatez de ésta. No muere un ser querido, te lo arrancan de la vida. Imaginar si quiera la desolación y desesperanza de este marido me hiela la sangre y me dificulta la respiración. Nadie le avisó de que esta mañana tendría su última mirada, su último beso, su última riña, su última nota en el frigorífico. Nadie le aviso de que sin motivo iba a recibir esa llamada al móvil.

Y perdido en estos momentos de tsunami emocional se presenta ante mí una vez más la revelación de la importancia de las cosas verdaderamente importantes. Es una realidad que no hay nada tan cierto en la vida como la muerte y esto amigos tenemos que saberlo. No con el objetivo de vivir alarmados ni la misión de querer controlar lo que no está en nuestro poder, sino con el objetivo de vivir en paz con los nuestros y la misión de regalarles todo lo que sí está en nuestro poder.

Todos sabemos que la cotidianeidad y la convivencia nos traen roces, enfados y discusiones de manera inevitablemente natural. Lo que debemos saber y tener en cuenta cada día al levantarnos es que hoy es un día importante y una oportunidad para olvidar viejos rencores, para tender puentes de comprensión y sobre todo para decir te quiero a quien lo merece.

Esto no cambiará el mundo ni evitará nuestro dolor en una circunstancia similar a la acontecida, pero imagino que al menos calmará nuestra conciencia y nuestro corazón tener la absoluta certeza de que esa persona abandonó el mundo sabiendo sin resquicio de duda que era y será querida por siempre.

Otro tema que me aflige es la burbuja aséptica en la que vivimos. Ensimismados en nuestra propia parcela de realidad no nos importa en demasía que caiga un rayo a cien kilómetros, otra historia es cuando no lo hace tan lejos.  Estoy seguro de que ese marido no espera que nadie en Pamplona o en Tenerife  llore la prematura e injusta muerte de su mujer- su compañera de viaje- pero tal vez le reconfortaría saber que ha servido para que nadie necesite una pérdida como la suya para empezar a demostrar a los suyos lo mucho que los quiere y los valora sin esperar a mañana.

A las familias y a todo aquel que atraviese una situación complicada, esperanza y fuerza. A los míos, os quiero con todo mi corazón

Pd. Se me olvidaba decir que un tenue rayo de luz ilumina o al menos ahuyenta en parte la oscuridad de este suceso. Tal es que, el bebe, un milagro llamado Álvaro, ha nacido gracias a la rápida intervención de los servicios sanitarios. Por favor, no esperéis a mañana.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

poco diplomatico

Esta perra llamada diplomacia obliga a que estemos de vuelta con el eterno debate entre lo que nace de uno y lo que esperan de uno.

A mí me nace la sinceridad que toca los cojones, espontánea cruda y sin hielo. También la honestidad que toca los cojones, consecuente firme y a pelo. Aclaro lo que deseo con quien creo conveniente y procuro encargarme de que entiendan mi mensaje. Si hoy una tormenta me arrancara de este mundo me iría en paz con todos aquellos que tengo en el corazón y en la mente – cada mochuelo a su olivo- y eso es algo más de lo que muchos pueden decir.

Escapa de mi alcance la rigidez abrumadora del qué dirán y por ello me funden soberanamente el postureo, los correveidiles y la gente “cum laude” en moralidad y protocolo social que te señala con el dedo mientras esconde la mierda bajo la alfombra.
 Los paños calientes no son mi fuerte, así saludo a quien yo elijo, escupo con la mirada a quien quiero y lleno de sonrisas con hoyuelos a quien me apetece.

Sí, tengo un lenguaje duro, más que duro, rotundo y árido o puede que todo a la vez. Estaría bien ser capaz de suavizar las expresiones para así barnizar la superficie de lo que quiero expresar sin perder un ápice de rigurosidad en el intento.  
Estaría bien, sí, pero demasiadas veces no me nace. Prometo que lo intento e incluso lo consigo esporádicamente, pero a pesar de ello una sustancia ácida en la garganta diluye mis vanos esfuerzos.

¿Mala leche,  carácter conflictivo, pésima predisposición social?
No sé, mi mamá siempre me ha dicho que soy poco diplomático…

viernes, 23 de septiembre de 2011

besos de rabia

Entonces una pasión negra como el azabache contaminó mis sentidos al recordarte en tus besos de rabia, de fiera enjaulada de la manera más primaria escapando de mis manos.

Este furtivo no sabe mucho de la selva pero si del sabor de la impaciencia en los labios y del olor a celo en las miradas clavadas. Afilando su cuchillo junto al fuego, esperando encontrarse en la soledad del cuerpo a cuerpo con la pantera de negro, la de los besos de rabia.

jueves, 15 de septiembre de 2011

la soledad del equilibrista

Todos hemos vivido esa experiencia de la infancia en la que vemos por primera vez a un equilibrista.
Únicamente él sabe que cada cita con esa cuerda tensada es el reto de su vida, no existe la función de mañana. No escucha los aplausos, no conoce los nombres de las personas que lo observan. No busca reconocimiento ni necesita a nadie para convencerse de dónde acabará su próxima zancada.

Le vale el sudor derramado, le vale el olor del vacío. Nadie cruzará por él y, pese a luchar contra el equilibrio más cruel, puede casi arañar su victoria, está tan sólo unos pocos pasos.
Sabe que mañana se encontrará en soledad de nuevo, sobre esa misma cuerda, enfrentando el mismo vacío.

Día tras día nos enfundamos el traje de equilibrista y desafiamos nuestros retos e ilusiones, a fin de cuentas nuestra  propia cuerda, con la esperanza de llegar al otro lado y la presión en las espaldas de levantarnos mañana frescos para una nueva función . 

Puede parecer extraño…pero, ¿no es el espectáculo más bonito que habéis visto?

martes, 6 de septiembre de 2011

el mundo por tu piel morena

Esta noche, sin avisar, apareciste en mis sueños. Vestías la misma tez morena  y el vestido blanco de la última vez que respiramos al mismo compás, la que compartimos un atardecer en aquel trocito de playa.

En él tu mirada extraviada inspiraba en mí el eterno e inexplicable interrogante. Radiante sería el adjetivo idóneo, te rodeaba un aura que se me hace complicado explicar. Llevado hasta donde querías, magnetizado, moría  en tus labios de silencio una vez más.

Hoy en mi sueño hubiera abandonado el mundo por tu piel morena sin dudarlo un solo instante, pero claro, los sueños, sueños son… ni más ni menos. 

sábado, 27 de agosto de 2011

al menos

Y así me quedé, sin corredores de adoquín irregular y desgastado, sin estupideces de bolsillo y muletillas añadas, sin regañinas, sin número 23, sin noches plagadas de palabras de luz de luna.
Y así abracé el aire y callé, solo callé. Frotando los ojos, quieto, como si mi cuerpo fuera un sueño sin escapatoria. Elegí el peor momento para perder la palabra, para llevar la armadura más grande, para ser tan niño, tan yo…
Al menos la luz caliente de la mañana apagará la tormenta y bañará tus pies, y así el lobo será más lobo que nunca y así la sombra volverá a la sombra. 

sábado, 20 de agosto de 2011

vivir hasta despedirnos


Viajar lejos con la mente y respirar profundo, llenando el pecho.
Abrir los poros de la piel a todos los escalofríos que deseen llegar.
Absorber toda la energía vital que permitan los sentidos.
Ganar y perder pero siempre en positivo.
A ratos con la respiración y el alma dormidas y a otros con sobredosis de sangre en las venas, con atracones de vida en la boca del estómago.
Arriba y abajo, como el alcohol, como las drogas, como el sexo.
Sólo quien es consciente de estar siempre a la misma distancia de la muerte sabe vivir como en los libros de filosofía, como en los diálogos para recordar de Hollywood.
Apretando los dientes cuando duele y sacándolos a relucir cuando se puede.
Siempre con el mismo fin, vivir hasta despedirnos.

martes, 9 de agosto de 2011

conflictos de intereses

Comprendí lo insultantemente fácil que es caer en el cinismo, con irremidable frecuencia, el mismo día que me di cuenta de que no era como los demás chicos, de que yo no era ellos, de que ellos nunca podrían ser yo.
Encontré tal disparidad de intereses, tal cantidad de motivos, que comprendí que no se podría escapar eternamente de los palos y engaños.
Cada uno tira hacia su lado. Es normal.

miércoles, 3 de agosto de 2011

la risa

La risa nos cubre el acento, la risa nos compra el destino.
La risa nos desnuda y libera nuestros verdaderos colores.
Mientras bebemos del maldito reloj del tiempo esperando a que la fortuna se nos abalance, por una sola vez…
Que nos caliente los días y nos haga soñar bonito, que nos dé un escalofrío de los que anestesian y nos lleve del mundo cuando nos sintamos viejos.
Una risa que sepa contestar la pregunta mis ojos, que cuando no esté yo, abrace al mundo.
Todo por un gesto, debiera ser lo justo.

lunes, 25 de julio de 2011

de imposibles y errores

Son mucho más bonitos los imposibles que los errores.

En estos primeros, las imágenes parecen no desaparecer, quedan esparcidas de manera casi inapreciable en nuestra selectiva memoria, enquistadas como si de espinas se trataran. Con ello nos aferramos a palabras que todos los demás olvidaron y atesoramos gestos que nadie más vio.
Nos dan la excusa que necesitamos para atrevernos a sentir, para amarnos sin preguntas ni respuestas, con el miedo en el cogote y la ilusión en la punta de la lengua.
Nadie apuesta por un error, pero sí por un imposible. Dadle las gracias a Shakespeare.

miércoles, 20 de julio de 2011

toma 1

Mira, yo me inclino a pensar que lo más interesante de conocer a una persona nueva es que puedes elegir el cómo, tienes la elección de amoldar tus defensas a lo que escuches y veas en lugar de tener todas las alertas en marcha. Lo que quiero decir es que eres tú la que decide como he de conocerte, la que tiene en su mano enseñarme lo que quiere que conozca acerca de si misma. Puedes, por ejemplo, mostrarme la cara que todos conocen, la de mujer guapa que se va de fiesta y le gusta pasarlo bien o también puedes abrirte sinceramente y mostrarme la mujer apasionada e independiente con metas en la vida.... 
Bueno, ¿sigues queriendo que te invite a esa copa?

jueves, 14 de julio de 2011

moneda a moneda

Me gustaría concentrar todo aquello bueno que alguna vez hubo en mí en las yemas de mis dedos, recorrer con ellas cada centímetro de tu piel y así inundarla con la energía que tantas veces he absorbido.  En el mejor de los casos saldaríamos la deuda destructiva que nos ata. Moneda a moneda, una fortuna gastada. Desgraciadamente no dispongo de ese poder, mis yemas no hacen milagros en tu piel y por eso sólo me queda perderte tesoro, moneda a moneda.

domingo, 10 de julio de 2011

todos los hielos se derriten

Mira esos dos hielos danzando en el fondo de un vaso estrecho y translúcido.
No saben que tienen fecha de caducidad, que morirán en el tubo.
De poder elegir, me quedaría en esta barra para siempre, con la única condición de que nadie preguntara, de que nadie me esperara, tan ensimismado que la música fuera un rumor lejano.
De momento aquí sigo, lo suficientemente lúcido como para saber que no estoy lo suficientemente borracho. A fin de cuentas hasta ahora sólo he bebido para sangrar las noches que te susurré al oído, que te bebí en mi copa.
Podría beberte cien veces más, incluso en esta pero, por suerte...tus dos hielos ya se han derretido para siempre.

miércoles, 6 de julio de 2011

zumo de tiempo

El tiempo no vuela, se desvanece.
Este mismo instante de tinta no volverá a tener lugar en el transcurso de mi vida, como no lo hará ninguno de los que ya he dejado atrás.
Suena rotundo. Y, como al exprimir una naranja, muchas veces se saca poco partido a una vida.
He ahí el motivo por el que nunca más intentaré exprimir el tiempo, me lo comeré.
Porque cada gota es importante y no pienso renunciar a ni una sola.

martes, 28 de junio de 2011

fighter

Los hay que derraman todo lo que tienen a cada paso que dan en este mundo. Estas personas no guardan fuerzas para la vuelta, no agachan la cabeza, no hincan la rodilla para nada que no sea levantarse de nuevo.

Tienen espíritu de boxeador, una resilencia especial que los hace de otra pasta, encajan los golpes con la facilidad de quien va a por más sin titubear. Saben que quejarse de las circunstancias es de débiles porque sólo ellos tienen el poder de cambiar su realidad. Se mueren por la vida y se abren paso a través de ella de la única forma que saben hacerlo, luchando.

Sólo el que pelea por algo sabe cuál es su verdadero valor. Yo soy un luchador y no me gusta que me regalen nada, por eso nunca pido deseos, voy de cabeza y corazón a por ellos.

viernes, 24 de junio de 2011

todo el mundo se cree juez

Es una noche importante para ti, has aprobado con nota una prueba jodida, compartir espacio vital durante horas sin pestañear. Te sorprendes a ti mismo, has bebido mucho pero aún así continúas entero y templado. Estás curado y lo has conseguido por ti mismo, con la conciencia más tranquila que un mar en calma, sin decir una sola mala palabra de nadie, aguantando el temporal de la única forma que sabes, apretando los dientes. Has digerido sus decisiones sin levantar la voz por muy dolorosas que hayan sido, porque son precisamente suyas y de nadie más, porque tú no eres nadie para juzgarlas. Y de repente te llega la bomba informativa y es más de lo que puedes asimilar, te han pintado como un criminal muchas veces, más de las que lo has sido, y todo por tu silencio, por empeñarte en ser un testigo mudo.  Pero que se atrevan a juzgarte quienes más tienen que callar es algo que te alucina. Que tú haces lo que quieres sin molestar a nadie porque tienes derecho a hacerlo, y que no eres ni el más santo ni el más maduro ni el más buenazo ni el más comprensivo pero, ¡coño! es que no dejan de tocarte los cojones. Me parece a mí que no tienen ni idea de que si tú hablases, más de uno y más de una, se quedaba sin habla.

jueves, 23 de junio de 2011

algo verdadero y algo que no

Es cuestión de impulsos, de descargas, de escalofríos. 
Existe gente que te empuja a hacer cosas a las que normalmente no estarías dispuesto, que consigue que nazcan en ti iniciativas y sensaciones que nunca creíste poseer. 
Hay otras que no lo despiertan; y eso es algo que sencillamente existe o no lo hace. 
No puede crearse química entre dos personas. No señor. 
Y esto es algo que se reconoce desde el primer momento, por eso no son necesarios grandes alardes para seducirse los huesos, para conectar. 
Quizás sea la explicación de que haya cosas que no se pueden borrar y otras que sencillamente no recuerdas.
Quizás sea la diferencia entre un sentimiento verdadero y uno que no lo es.

viernes, 17 de junio de 2011

tobogán

La vida funciona como un tobogán de un parque infantil. El que hace cumbre está irremediablemente condenado a bajar después. Pese a ser conscientes de ello, todos nos apiñamos en la cola, protestamos sin cesar y nos pegamos tortas por ser los primeros de la fila. Algunos, los más espabilados, hasta se pretenden colar. Todo ello por saborear esos pocos segundos en la cima, los que transcurren desde el primer escalón hasta la boca del tubo. Ahí estás tú, por derecho, por turno, por lo que sea. Este es tu momento de gloria pero, en lo que dura un parpadeo, se ha esfumado, sin más, ¿cómo y por qué?.

Sólo en el instante en que tus pies tocan ese suelo polvoriento por primera vez eliges qué tipo de persona quieres ser. Porque después de deslizarte desde tan arriba, aún con el regusto en los labios y el hormigueo en la barriga echas, indefectiblemente, la vista atrás. Y cuando echas la vista atrás, o eres consciente de que estás derrotado y no quieres volver a la cola o caes en la cuenta de que la pelea  por un trocito de felicidad no ha hecho más que comenzar.

martes, 14 de junio de 2011

a mi manera

Es una sensación curiosa la de comenzar este diario de a bordo, más aún cuando no persigue ninguna ambición particular. Puede que sea algo tan sencillo como un área de descanso donde desentumecer el pensamiento y esclarecer ideas que de otra forma acabarían garabateadas en folios condenados a coger polvo. Si bien es cierto que aún no tengo una idea preclara del ambiente que quiero darle a este lugar, sí sé que estará hecho a mi manera. Probablemente no será la mejor ni la más original pero sí la más auténtica y personal. El leitmotiv no será otro que dejar caer esporádicos pedazos de mi para quien tenga a bien recogerlos y otorgarles algún valor.
En mi caso me cuesta escribir por placer, lo mío es un tema más vital que estético ya que soy una persona a la que le cuesta expresar con propiedad lo que siente si no es delante de un papel en blanco. A lo mejor he mentido y sí existe una ambición detrás de este proyecto, la ambición de que estos textos se conviertan en mi contribución a los demás; compartir estos sentimientos y reflexiones para que en el mejor de los casos se convierta en un empujoncito para todo aquel que alguna vez sintió algo parecido y no supo cristalizarlo en palabras.