Y así me quedé, sin corredores de adoquín irregular y desgastado, sin estupideces de bolsillo y muletillas añadas, sin regañinas, sin número 23, sin noches plagadas de palabras de luz de luna.
Y así abracé el aire y callé, solo callé. Frotando los ojos, quieto, como si mi cuerpo fuera un sueño sin escapatoria. Elegí el peor momento para perder la palabra, para llevar la armadura más grande, para ser tan niño, tan yo…
Y así abracé el aire y callé, solo callé. Frotando los ojos, quieto, como si mi cuerpo fuera un sueño sin escapatoria. Elegí el peor momento para perder la palabra, para llevar la armadura más grande, para ser tan niño, tan yo…
Al menos la luz caliente de la mañana apagará la tormenta y bañará tus pies, y así el lobo será más lobo que nunca y así la sombra volverá a la sombra.
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