Parece que algo nos trajo aquí esta noche sin pretexto. Tal vez caídos de nidos extraterrestres, tal vez precipitados a empujones por dos corazones que conocen el curso de todas las cosas.
No sé qué plan tendrás tú pero, ¿por qué no dejar que nosotros sea aquí y ahora?
No sé qué plan tendrás tú pero, ¿por qué no dejar que nosotros sea aquí y ahora?
Por el momento me conformo con mirarte fijamente a los ojos y cogerte la mano un par de segundos, tal vez rozar tus piernas en un descuido.
Luego te confesaré –como un niño lo hace con sus travesuras - que prefiero no bailar contigo sino mirarte dar vueltas y vueltas en tu propio mundo y saborear la victoria de saber que los pasos de tu noche acabarán en mí. Observarte bailar hasta firmar por muertos mis ojos, acribillados sin piedad por el vuelo de tu vestido y algún que otro reflejo dorado de tu alma.
Un poco más tarde te diré quizás, que si el amor no es más que arena derramada de las manos, te entierro en montañas de mi tiempo terroso a cambio de una licencia de libertad, esa que me permita enroscarme cada madrugada en tu figura hasta olvidar la palabra mañana o hasta recordar que el mañana tiene tu nombre.
Después de todo, no tenemos nada que perder, en algún lugar nadie nos conoce.
Báilame, báilame hasta que el amor acabe.
Báilame, báilame hasta que el amor acabe.
“No digáis que agotado su tesoro, falta de asuntos enmudeció la lira.
Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía.” G.A.B.
Leo esto y me duele el corazón.
ResponderEliminar