Los hay que derraman todo lo que tienen a cada paso que dan en este mundo. Estas personas no guardan fuerzas para la vuelta, no agachan la cabeza, no hincan la rodilla para nada que no sea levantarse de nuevo.
Tienen espíritu de boxeador, una resilencia especial que los hace de otra pasta, encajan los golpes con la facilidad de quien va a por más sin titubear. Saben que quejarse de las circunstancias es de débiles porque sólo ellos tienen el poder de cambiar su realidad. Se mueren por la vida y se abren paso a través de ella de la única forma que saben hacerlo, luchando.
Tienen espíritu de boxeador, una resilencia especial que los hace de otra pasta, encajan los golpes con la facilidad de quien va a por más sin titubear. Saben que quejarse de las circunstancias es de débiles porque sólo ellos tienen el poder de cambiar su realidad. Se mueren por la vida y se abren paso a través de ella de la única forma que saben hacerlo, luchando.
Sólo el que pelea por algo sabe cuál es su verdadero valor. Yo soy un luchador y no me gusta que me regalen nada, por eso nunca pido deseos, voy de cabeza y corazón a por ellos.
Muy bueno, la lucha da un sabor especial a las victorias!
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