En el parking,
leyendo con las ventanillas bien abiertas.
El sol me corta la mejilla izquierda.
El aire levanta un maullido quejumbroso,
lo dispara al cielo.
Giro la cabeza,
una niña a la puerta de su viejo deportivo granate se congela,
lo ha escuchado también.
Busca al gato con la mirada,
lo encuentra, lo llama,
lo gana, lo acaricia, lo rinde.
Como si fuera la única criatura de este mundo.
Esencia de ternura. Pureza.
Algunas veces he sido gato, ahora miro desde el coche.
En un gato se me pasará.
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